Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.
René Descartes (1596-1650), filósofo y matemático francés.

jueves, 7 de junio de 2012


                       La Ética de las convicciones defiende que existen principios universales de la acción moral (justicia, solidaridad, igualdad) que dirigen las normas que hay que cumplir para llevar a cabo un comportamiento moralmente bueno. Sin embargo, el individuo no tiene en cuenta las consecuencias positivas ni negativas que puedan derivar de sus acciones a la hora de elegir cómo actuar.
La Ética de la responsabilidad alega que para realizar un comportamiento moralmente bueno se deben valorar las consecuencias de cada alternativa a la hora de elegir cómo actuar, lo que aporta al sujeto un sentido de responsabilidad en sus actos.
LA ÉTICA DEL DISCURSO O DEL DIÁLOGO
         La Ética del discurso o del diálogo es una forma de Ética de la responsabilidad. Para Apel y Habermas, a diferencia que para Kant,  es necesario incluir consideraciones sobre los principios de justicia, felicidad y responsabilidad en la reflexión ética. Para ello plantean que se realice una fundamentación de las normas a través del diálogo y del acuerdo consensuado, y mediante un principio de complementación. Este principio de complementación debe tener en cuenta que las ideas y posturas acerca de cómo conseguir los anteriores principios pueden ser diferentes e incluso contrarias. Por ello, la Ética del discurso defiende que ambas partes participen en un diálogo e incorporen unos principios de acción consensuados cuyo cumplimiento sea obligatorio, para obtener, además de “buenas personas”, una “vida buena” para todos.